Escalona

Escalona

Escudo

Plano

WEB: www.ayto-escalona.com

ALCALDE

D. Álvaro Gutiérrez Prieto

GENTILICIO

Escalonero/a.

SITUACIÓN

Municipio y Villa situado a 54 kilómetros al oeste de Toledo, se levanta sobre un pequeño cerro a 30 metros de altura de la margen derecha del Alberche. Tiene 72 kilómetros cuadrados de término municipal, una altitud de 459 metros y una población a 1 de enero de 2003 de 2.374 habitantes. 

(Diccionario Enciclopédico de la provincia de Toledo)

ENTORNO AMBIENTAL

En el entorno natural de Escalona podemos ver:

- Importantes extensiones de hábitats esteparios con cultivos extensivos de cereal, de singular importancia para aves como la avutarda (Ave del Año de Seo – Birdlife), el aguilucho cenizo, la ganga, la ortega.

- Zonas adehesadas y de bosque o matorral mediterráneos.

- Zona de campeo de águila imperial, buitre negro, águila perdicera, etc.

- Interesantes zonas a conservar para la preservación del hábitat del lince ibérico.

- Sotos de ribera del río Alberche a su paso por Escalona. 

(ACMADEN – Ecologistas en Acción, 2005)

ACTIVIDAD ECONÓMICA

Es un pueblo que vive del sector servicios y de la construcción que atiende a una numerosa proliferación de urbanizaciones en las cercanías del Alberche, hasta un total de 11, con más de 2.000 chalés. Esto hace que en los meses de verano la población supere los 20.000 habitantes. Hay ya poca actividad agrícola y ganadera, destacando los cultivos de vid.

(Diccionario Enciclopédico de la provincia de Toledo, 2000)

MONUMENTOS Y CONSTRUCCIONES DE INTERÉS

Conjunto urbano

La villa de Escalona posee un conjunto urbano de singular belleza y carácter que revela claramente su origen medieval. Su ubicación es muy característica de aquella época histórica, al encontrarse en una alta y vasta meseta sobre la margen derecho del río Alberche.

La lógica defensiva propició el que la población se asentase en este lugar estratégico y difícilmente expugnable. Este carácter militar determinó el proceso de desarrollo urbano de la localidad que tiene dos áreas muy diferenciadas: el conjunto urbano formado por el recinto amurallado y las construcciones situadas en el exterior de dicho recinto histórico. Fueron los musulmanes quienes, al parecer, primero fortificaron la villa, que a partir de entonces siempre estaría fuertemente protegida por su potente cerca y castillo.

La estructura de su tejido urbano queda definida por el límite que proporcionan las murallas y los restos del trazado de éstas, que continúan determinando el desarrollo del mismo, con un parcelario medieval. Destaca su hermosa plaza Mayor porticada en gran parte de su perímetro, verdadero centro cívico de la ciudadanía. A ella vuelven su mirada viviendas de tipo popular y otras de tipo isabelino, además del imprescindible ayuntamiento.

Un segundo núcleo de interés lo encontramos en su magnífico palacio–castillo gótico, emplazado en el este y en su mejor zona defensiva, por tanto. Los restos que aún sobreviven y nos hablan del esplendor de su pasado, especialmente en época de don Álvaro de Luna, en el siglo XV. Las murallas permitían el acceso al municipio a través de tres puertas, la llamada del Río, la de San Ramón y la de San Miguel, siendo esta última la mejor conservada.

El perfil de la población se completa con los edificios de carácter religioso, como la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, obra barroca del siglo XVII, y, fuera del recinto fortificado, el convento de la Encarnación, representativa muestra de la transición del gótico al renacimiento. Otros edificios de interés son las casas consisto­riales, además de una variada tipología de viviendas populares, con soportales, balconadas, etc. 

(Martín Montes, 1999)

 

Recinto amurallado

De clara reminiscencia medieval, la villa tuvo tres puertas, únicos pasos de la villa: la del Río, al sureste, a la que se accedía desde el puente sobre el Alberche a través de un camino de fuerte pendiente, hoy sin arco ni dintel; la de San Vicente (el pueblo la llama de San Ramón), al oeste, que para entrar por ella también es necesario subir una cuesta; por ultimo, la del Castillo o de San Miguel o de las Campanas, al norte. Estas dos últimas puertas eran arcos de piedra bajos y estrechos, de la misma época de la construcción de las murallas.

Hoy quedan de este recinto amurallado algunos restos, de los que han desaparecido las almenas que los coronaban, y la única puerta en buenas condiciones, por haber sido restaurada no hace demasiado tiempo, es la de San Miguel. Es pequeña y baja, con arcos apuntados de sillería, quedando entre uno y otro una bóveda también apuntada. Debió haber una torre sobre ella y en sustitución se levanto la torre actual, que no es muy alta y que sirve de campanario a la próxima iglesia de San Miguel.

Entre las puertas del Río y la del Castillo discurre la antigua carretera y hacia la mitad de la distancia entre ambas se abre la plaza Mayor. A ella da el ayuntamiento, edificio de especial interés.

(Martín Montes, 1999)

Plaza Mayor

Con el nombre de Infante Don Juan Manuel, se abre la plaza de forma cuadrada, de unos 60 x 35 metros, porticada en gran parte. Es un típico ejemplo de plaza castellana, con soportales sustentados por columnas de piedra y de madera. En algunas ventanas de la plaza se aprecia una ligera influencia mudéjar.

Se abre a ella el edificio del ayuntamiento, ubicado en un ángulo, y buenos ejemplos de arquitectura tradicional y popular que son las viviendas particulares. De cronología amplia al contar con ejemplos desde el siglo XVII al XIX. La plaza conserva reminiscencias literarias, pues aquí fue donde el Lazarillo de Tormes, se libró del avariento y astuto ciego. Es, además, escenario de tradiciones muy vividas por jóvenes y mayores: bendición de animales en San Antón, toque y baile de la Guarrilla, etc. Todo ello la configuran como un espacio vivo. En esta plaza, desde el siglo XIII (por lo menos se remonta a esa fecha) hasta hace un tiempo, se realizaba un mercado semanal.

El conjunto de la plaza tiene expediente de Incoación de Decla­ración de Bien de Interés Cultural. 

(Martín Montes, 1999)

Ayuntamiento

De filiación estilística popular, su cronología data del siglo XVIII.

Importante edificio concejil que se ubica en un ángulo. Presenta un alzado de dos alturas y planta trapezoidal irregular.

En su volumen externo destaca el bello soportal de doble altura que se protege con un tejadillo con un alero muy destacado. Apea sobre cinco columnas muy desiguales quizás reaprovechadas del antiguo palacio.

Las situadas en los laterales y semejantes entre sí, son de doble altura y composición desordenada, estando formadas por una pequeña basa, un fuste de sección cuadrada y ejecutado con sillares recibidos con mortero de cemento y un capitel decorado con temas florales. Su proporción es poco esbelta.

Las intermedias son también iguales entre ellas, conformándose en el piso inferior por una basa, fuste de sección octogonal y un capitel decorado con temas florales y escudo sobre el que se localiza un dado donde apoya el forjado de la terraza superior. En el piso superior, las columnas son similares aunque de concepción más esbelta y con la caña ahusada.

La columna que centra la planta baja consta de una basa troncopira­midal de mayor diámetro que las anteriores con fuste cuadrado pero carente de capitel y sí con un dado de apoyo. La de la planta superior repite la tipología de las intermedias del piso bajo, hallándose coronada por un dado pétreo, encima del que se localiza el escudo de la villa y la torre del reloj.

La terraza cuenta con un antepecho de hierro forjado y anillado en las columnas. Las viguetas de ambos forjados son todas de madera vista sobresaliendo sus cabezas en los aleros a modo de canecillos

que descansan sobre viga corrida. Los vanos se distribuyen de modo regular en el hastial delantero, no así en la fachada trasera.

El interior ha modificado su espacio adaptándose a las necesidades modernas del Concejo. Se trata de un destacado ejemplo arqui­tectónico que refleja la importancia de esta institución

(Martín Montes, 1999)

Arquitectura tradicional

Cuenta esta villa con buenos ejemplos de arquitectura popular, viviendas, que datan desde el siglo XVII al siglo XIX.

Los materiales mas utilizados como elemento constructivo son el ladrillo y la piedra en menor proporción. En la parte inferior de las fachadas suele disponerse la piedra y en el resto el ladrillo, aunque también hay casas enteramente de piedra o de ladrillo. La madera se usa en los entramados y como vigas en las cubiertas, así como en los balcones, que nos recuerdan los existentes en la Vera y en la Sierra de Béjar. Por último, su utilización se presenta también en las carpinterías de puertas y ventanas, y en los grandes portalones adintelados para el paso de los carros, no alterando en ningún caso con otros materiales.

Las puertas de las casas están construidas de dos partes como ocurre en muchos pueblos de La Mancha. Las casas suelen estar jalbegadas al estilo de la casa manchega, aunque con frecuencia el ladrillo queda al descubierto. Tienen una o dos plantas, la superior, donde se encuentran los dormitorios, generalmente más pequeños y la inferior, alrededor de un patio o corral, donde se sitúa la cocina y otros servicios.

El acceso a las viviendas se hace por medio de dos escalones, lo que es una constante en todos los pueblos de esta zona. Las cubiertas son generalmente a dos aguas, y de teja árabe. No son muy inclinadas debido a que el régimen de lluvias no es muy riguroso. Las rejas aparecen como elemento constante de las ventanas constituyendo el único elemento decorativo exterior del edificio. Son de variados dibujos geométricos. En general, las casas nuevas están en armonía con las ya existentes, pues todos sus elementos arquitectónicos se repiten de nuevo.

La lista de estas viviendas catalogadas por el Ministerio de Cultura son las ubicadas en: calle Reyes de España, 8, antes Calderería; plaza Infante Don Juan Manuel, números 3 y 7; calle Del Río, 35; calle Maestro Ucedo, 8; conjunto de viviendas ubicadas en plaza Infante Don Juan Manuel, números 9, 10, 22 y 23.

(Casado,1985 )

 

Castillo

De filiación estilística gótico-mudéjar, su cronología abarca del siglo XIII al XV.

De traza mudéjar, es el soberbio palacio que don Álvaro de Luna levantó sobre el ya existente, al que posteriormente realizaría grandes mejoras el marqués de Villena, convirtiéndolo en uno de los más ricos y elegantes castillos de España. Era el más extenso de la España medieval, con un perímetro de 422 m de longitud formando un polígono irregular. Hasta principios del siglo XIX se conservó íntegro, pero después del paso por la villa del ejército napoleónico del mariscal Soult, quedó destruido.

La superficie interior de este castillo se divide en dos zonas bien delimitadas: una al norte, es una gran plaza de armas y la del sur es el palacio, que tiene forma pentagonal casi regular. No hay unidad en su construcción.

En su tiempo llamó la atención el salón “de Embajadores”, lleno de preciosos arabescos: yeserías, estucos de lacería y atauriques mudé­jares.

Se conserva dentro de una de las torres, una pequeña, pero preciosa, estancia redonda con bellísima techumbre en forma de cúpula de crucería ojival recubierta de estuco con abundantes adornos. Todos los nervios van a parar a la clave, y reunidos en un apretado haz, descienden en forma de macolla y en su parte posterior se apoyan en seis ángeles tenantes que portan escudos. Los espacios entre los nervios se ven adornados profusamente con conchas, cruces, maes­trales de Santiago, cintas retorcidas, mocárabes, y otros adornos variados.

De la línea de edificación que da a la villa existen ocho torreones de distintos materiales, formas y épocas y al pie de sus muros hubo un foso de gran anchura y profundidad, con una cortina también flan­queada pro torreoncillos mucho más bajos que los anteriormente citados. También hay un puente que fue levadizo. La línea que da al campo, esta igualmente flanqueada por torreones, pero en menor numero y en vez de foso cuenta el rió como defensa natural. La puerta del palacio castillo es pequeña comparada con la magnitud del edificio y a cada lado tiene una torre, cuadrada la llamada “alcázar” y redonda la del lado opuesto. Está formada por un arco escarzano encuadrado en otro apuntado con decoración de cardinas y pequeños animales. El tímpano esta ornamentado con un escudo nobiliario coronado por un yelmo, en el centro, a su izquierda y derecha hay dos guerreros con escudo y empuñando la espada y en los extremos, adecuándose al espacio que queda entre ambos arcos, un perro y un león (uno a cada lado). Es obra del siglo XIV. La fachada principal es de piedra.

Todavía se conservan las lunas que nos recuerdan a aquel poderoso caballero que fue su señor y que hubo de dejarle antes de lo que el esperaba al ser condenado a muerte por el rey Juan II.

Actualmente, pertenece a doña Victoria González Choren, quien ha hecho obras de rehabilitación y acondicionamiento y en ocasiones se han celebrado actos culturales en su patio de armas. Está declarado Monu­mento Nacional desde el año 1922 y Bien de Interés Cultural (BIC).

(Azcárate Ristori, 1997)

 

Iglesia parroquial de San Miguel

Siglo XVII. Estilo barroco.

Escalona tuvo cuatro parroquias, entre ellas la de San Vicente, de arquitectura árabe, y de la que sólo quedan sus ruinas.

Hallóse un embajador en Roma, don Juan Gaspar Fernández Pacheco, marqués de Villena, hizo presente al Papa, que con motivo de haber disminuido mucho los habitantes de la villa, era conveniente que en ella se erigiese una colegiata, suprimiendo al efecto las cuatro parro­quias, refundiendo sus curatos, beneficios e incluso el arciprestazgo. Así lo aceptó Paulo V, quien dio para su ejecución bula en 1608. La colegiata se puso bajo la advocación de San Miguel, cuando se creó en el año de 1613.

En 1672, se suscitaron conflictos, disputas y pleitos con la mitra arzobispal de Toledo, pues por la calidad de abadía que tenía tal colegiata, se hallaba fuera de toda autoridad arzobispal. Se llegó a un acuerdo entre el marqués de Villena y el arzobispo de Toledo, don Pascual de Aragón, de suprimir la dignidad de abad y reducir una serie de prebendas. Con ello, y en otras cosas, el arzobispo adquirió la autoridad del abad suprimido. La discordia fue ratificada por el Papa Clemente X por bula del mismo año.

En 1752, el cabildo de la colegiata recurrió a la corona pretendiendo quitar el patronato a la casa de Villena, que lo seguía manteniendo y hacerse de patronato real. Esto se consiguió en 1788 tras un pleito muy reñido. Desde entonces, comenzó la decadencia de esta cole­giata y fue extinguida en 1836. Entre sus bienes muebles destacamos un cuadro de la Asunción de Nuestra Señora (siglo XVIII) de la escuela madrileña y una Virgen labrada en piedra del siglo XV, que viste túnica y manto de angulosos pliegues; porta corona floreada y sostiene en su brazo izquierdo al Niño que tiene en su mano un pajarillo y al que mira con sonrisa angelical. Otro objeto artístico es una urna para el monumento con incrustaciones de concha, hueso y figuritas de plata. Es una obra de gran tradición mudéjar del siglo XVII.

(Ministerio de Cultura, 1980)

Monasterio de la Encarnación

De transición gótico-renacimiento, data del siglo XVI.

Se inició como beaterio en 1510 y se convirtió en monasterio en 1514. Creció en importancia cuando ingresaron a él unas hijas de los marqueses de Villena, doña Francisca Pacheco y doña Juana Enríquez y otras mujeres del mismo linaje.

El edificio que fue mandado edificar por el duque de Escalona (entonces don Diego López Pacheco, casado con doña Juana Enríquez) sobre las ruinas de una ermita dedicada a san Juan Bautista.

Pertenece al siglo XVI, terminándose en 1525. Es obra de tran­sición del gótico al renacimiento. El claustro es plateresco, de planta cuadrada, con doble galería y seis arcos en cada lado. La arquería de la planta baja es de arcos mixtilíneos, apoyados sobre columnas de orden toscano y con decoración en el interior de los arcos con motivos florales, la del piso superior tiene arcos carpaneles y la deco­ración en el intradós de sus arcos es de cordones. En el centro de este claustro hay un pilar que sube hasta la cubierta.

La iglesia, es de planta de cruz latina, con una sola nave y crucero. Es obra de estilo gótico tardío, mientras la portada plateresca es de dos cuerpos. A ambos lados del segundo cuerpo, se ve un medallón con un jarro de azucenas, símbolo de la Iglesia de Toledo. En su interior, hay dos bellas losas sepulcrales que, según la tradición, son las que cubren las sepulturas de doña Juana Enríquez y de doña Francisca Pacheco. Son de mármol blanco. Tienen en su centro escudos acuar­telados coronados por un yelmo sobre el que reposa un ave fénix entre llamas, sostenidos por lanzas de torneo. Ambas lápidas se ven rodeadas por una orla renacentista y toda su superficie esta profu­samente adornada a base de cintas y otras labores. Las dos lápidas están orladas con azulejos mudéjares.

Tanto claustro como iglesia están declarados como Monumentos, en el año 1974 y, por ello, Bien de Interés Cultural.

(Martínez Caviró,1982)

Puente sobre el río Alberche

Su cronología data de fines del siglo XVIII a principios del siglo XIX. Es de estilo neoclásico. Puente que cruza el río Alberche.

Es una obra monumental que consta de once ojos resueltos con bóvedas de medio punto y rebajadas de diversa luz. La fábrica es toda de sillería con una longitud aproximada de trescientos metros, inclusive los apartaderos, entradas y salidas, escaleras de bajada al río y el pretil.

Su amplia longitud se encuentra dividida en tres tramos tres bóvedas: a la entrada, centro y salida, respectivamente. Las cepas tajamares presentan una gran ligereza y en ellas se ha observado cierta simi­litud con las del puente parisino “Pons de Arts” construido por De Cessart y Dilion en 1803. Los arcos alcanzan la altura de la línea de impostas situándose las gárgolas para el desagüe sobre la clave del arco.

El conjunto de esta importante obra de ingeniería presenta una gran sobriedad ornamental, además de una bella estabilización de formas que inclinan a considerar que su arquitectura fuese concluida a prin­cipios del siglo XIX.

Aguas arriba, todavía se conservan dos pequeños restos, visibles desde el tablero que corresponden al arranque de un arco que muestra un intento constructivo anterior y que situaría el puente en un lugar distinto, por tanto.

Los murallones y vanguardias de refuerzo están rehechos, al igual que sucede con la actual calzada, aunque se mantiene en lo funda­mental el aspecto de la época.

(Martín Montes, 1999)

 

Cruz del siglo XVI

De filiación estilística gótico-renacentista.

Es una bella cruz latina de piedra que se alza sobre una gradería cuadrada de cuatro escalones. De sección romboidal y estriada, los brazos presentan en sus extremos decoración de bolas. Descansa encima de una balsa moldurada y un pedestal labrado que ostenta blasones en la totalidad de sus caras.

Se encuentra protegida en sus cuatro flancos por otros tantos machones pétreos de los que nacen cadenas que se unen a la base donde se levanta la cruz.

Aunque actualmente se ubica delante de la iglesia de San Miguel, su emplazamiento original estaba en la plaza Mayor de la localidad o plaza del 7 de Octubre.

(Ministerio de Cultura,1980)

FIESTAS

Fiestas Patronales de San Roque, 16 de agosto

Los actos religiosos empiezan con una novena, una semana antes. El día del santo, 16 de agosto, hay misa, procesión y entrega del “chusco de San Roque”. Los festivales taurinos son muy célebres, con la suelta de vaquillas y novilladas.

 

Duran 3 ó 4 días y se conocen como “Fiestas de Agosto”. Intere­santes son los campeonatos de petanca y el, ya tradicional, Certamen de Pintura Rápida organizado por el Ayuntamiento junto con la Fundación Sánchez Cabezudo.

(Almoguera Cabrera, 2005)

 

Fiestas de la Inmaculada el 8 y 9 de diciembre

Actos tradicionales son la bajada de la imagen del convento y pujas a la puerta de la iglesia. Especialmente emotivo para los escaloneros es la entrada al convento de las Madres Concepcionistas para sacar la imagen que tan devotamente veneran en este edificio. Cuando la imagen sale, en víspera de su fiesta de la franciscana clausura y cuando al regresa al convento, los devotos pujan por llevar las andas sobre las que la imagen de María se traslada. El último día, el 9, es festivo en Escalona y se le conoce con el nombre popular y cariñoso de la “Virgen Chica”.

(Fernández Pombo, 1987)

 

TRADICIONES

Toque y baile de la Guarrilla

Del día 1 al 17 de enero

Ésta es una tradición, llamada por algunos como “Tesoro de Escalona”, que se viene conservando desde hace casi mil años y que está siendo revitalizada por la AMPA de los colegios y por la Asociación de Mujeres de Escalona, por ser un acto entrañable. Rememora un momento y unos hechos históricos evocadores para la villa, cuando en los tiempos de la Reconquista, Escalona fue sitiada y al fin liberada.

Históricamente, Escalona sufre a lo largo de su dilatada historia acometidas de población y ejércitos musulmanes, teniendo en cuenta que en el año 1083 es conquistada por Alfonso VI. Después atacarán los almorávides de Miramamolín en junio de 1096 y los almohades en el siguiente siglo.

La tradición nos narra que Escalona sufrió, de 1135 a 1140, un cerco impuesto por los almohades; la campana de la torre cercana a la parroquia de San Miguel, avisaba a los escaloneros de la hora de salida y recogida del vecindario sitiado. Por eso, la Guarrilla consiste en un doble toque de campana al amanecer y a la puesta de sol que se daba desde el ayuntamiento.

Actualmente, la recreación del toque de campanas, ocurre de la siguiente manera: tras un toque de campana seguido, esto es un repique de la campana de reloj del ayuntamiento, se produce un breve silencio para inmediatamente, dar tantas campanadas, clara­mente espaciadas, como el número correspondiente al día del mes de enero, en el que nos encontremos. Así por ejemplo, el día cuatro, se darán 4 campanadas.

Este toque congrega a los niños e incluso a los jóvenes y se baila la Guarrilla, en parejas, de dos en dos y dando vueltas. Tomado y agarrados de la mano, por parejas, giran saltando al compás del toque y al final lanzan a lo alto, las gorras, bufandas, pañuelos, naranjas o frutas de la merienda, contando, una, dos, tres… hasta que de nuevo, se hace el silencio y cae la noche.

(Pinel Jiménez,1988)

 

Bendición de animales y rifa del cerdo, el día de San Antón, 17 de enero.

No es propiamente un día de fiesta local, pero se mantiene la costumbre, es el día de San Antón y se repite año tras año. Tiene un carácter tradi­cional y entrañable para la población, sobre todo la infantil.

La fiesta religiosa, comienza con una misa en el interior de la parroquia de San Miguel, una vez finalizada marchan a la Plaza en procesión, allí hace el párroco la bendición de los animales que los escaloneros acercan a ese escenario.

Hoy son animales domésticos (perros, gatos, canarios); pocas mulas y caballos vienen ya. A veces, vemos galgueros que esperan con sus amos la bendición del cura. Una vez realizada ésta, se procederá al sorteo del guarro entre todos los vecinos del pueblo y al que le toca, lo retira.

(Almoguera Cabrera, 2005)

 

Matanza domiciliaria

Mantiene Escalona esta bonita tradición culinaria, que poco a poco va despareciendo de nuestros pueblos, aunque está ya bastante cambiada.

Hace unos años, la matanza era un acontecimiento anual. En los días que duraba, los parientes iban a la casa donde se hacía con el fin de ayudar a las labores: picar las cebollas, las calabazas, la carne para las morcillas y los chorizos; salar los jamones, los tocinos y los huesos de espinazo; adobar la carne de lomo y otras muchas haciendas y avíos, comidas y cocimientos que era menester hacer. “Estar de matanza” suponía estar de fiesta, eso sí, era una fiesta muy ocupada y laboriosa.

Los hombres se hacían cargo de las tareas en las que habían que emplear un mayor esfuerzo físico: coger, inmovilizar y matar el cerdo, pelar y limpiar su piel en la artesa con agua hirviendo, colgarlo de una viga, acarrear el agua y encender el fuego. A las mujeres les correspondían las labores de aliño y limpieza y a los chiquillos las de enredar.

Todos comían en la casa donde se había matado al cerdo; por la mañana, muy temprano, eran tradicionales las patatas guisadas con la asadura “la cachuela”, el cocido a mediodía y en la noche “el somarro”, gran trozo de carne magra asada en las brasas de la lumbre que se hacía para cocer. Otros platos eran el picadillo de chorizo frito, que servía de prueba del aderezo o aliño de éstos, y “el morcillón”, frito también, que igualmente servía de prueba de las morcillas, en este caso, su guiso embutido en el estómago del cerdo.

Las veladas de matanza servían de regocijo con cánticos, bromas y juegos. Uno muy celebrado en la ocasión, era el llamado “santo mocarro” que utilizaba un corcho quemado con el que los juga­dores, absolutamente serios, tenían que pintar la cara de uno de ellos mientras este gesticulaba cómicamente para hacer reír al que le pintarrajeaba; si este caía en la trampa y reía tenía que pasar a ser pintado. Ni que decir tiene que al final de la velada, para diverti­mento general, aquello parecía una tribu de negros.

Terminadas todas las labores de la matanza, recogidos los útiles y herramientas, ordenados y limpios enseres y habitaciones, volvía todo a la normalidad hasta otro año.

(Pinel Jiménez, 1998)

 

Procesión y altares del Corpus Christi

Se celebra esta fiesta con misa y procesión solemnes. La calle de San Miguel se adorna y en la plaza Infante Don Juan Manuel se instalan altares: uno, en el bajo del ayuntamiento, que cada año lo monta y decora un barrio de la población, y el otro, se debe a la Hermandad de los Esclavos del Santísimo Sacramento del Altar. Uno de los hermanos instalará el altar en el que coloca al Niño Jesús de la Hermandad; éste es subastado entre los hermanos el tercer domingo de septiembre y queda en casa del “esclavo” que pujó más alto por la imagen.

(Almoguera Cabrera, 2005)

 

Juntar la tortilla

El día de San Ildefonso, el 23 de enero, acontece una costumbre popular, se celebra el “Juntar la tortilla” por los mozos y las mozas de Escalona; este dicho significa ir al campo a merendar juntos por la tarde. La merienda consiste en comer una tortilla de patata a la que se añaden rodajas de chorizo nuevo, procedente de la reciente matanza.

Tradicionalmente, los mozos llevan el vino, la gaseosa y el pan; las mozas la tortilla: una trae los huevos, otra las patatas, otra el chorizo y otra la hace. De cualquier forma, combinan su apor­tación personal y en casi todas las ocasiones, al menú acostum­brado y tradicional, añaden otros manjares de confección casera donde las mozas lucen sus habilidades para satisfacción de todos ellos. Si el tiempo no acompaña, la reunión se hace en una casa por excepción, aunque lo tradicional y auténtico, es al sol y al aire. Actualmente, se suele realizar esta merienda en casas o en algún mesón.

(Menéndez,1994)

Festival Regional de Teatro “Marqués de Villena”

Organizado por la Asociación Cultural Marqués de Villena que está trabajando desde el año 1980 en la comarca y directamente en la Villa de Escalona. La Asociación Cultural Marqués de Villena cuenta con otras iniciativas como son la Galería de Arte (revista de tirada regional), conciertos, publicaciones de historia local, su concurso nacional de fotografía, la escuela de baile o su magnífico grupo de teatro amateur. Pero es el certamen anual de teatro, que cuenta por la edición XIX y que se celebra en verano, junto al Festival de Baile Español una de las apuestas más firmes y consolidadas de la oferta cultural de la comarca. Este Festival se celebra en la primera quincena de agosto.

(Almoguera Cabrera, 2005)

Fiesta de la Hermandad de los Esclavos y subasta del Niño Jesús

Esta cofradía sacramental, que tiene la sede en la parroquia, celebra su fiesta grande el tercer domingo de septiembre. En este día van a realizar la misa y procesión con el Santísimo dentro de las naves del templo, por la mañana. Una vez acabado, se reúnen en la sacristía para decidir la celebración de la misa de los hermanos difuntos y para subastar al Niño de los Esclavos entre los hermanos. Se trata de la imagen religiosa de un Niño Jesús de mérito artístico, propiedad de la Hermandad. Quien llega a la mayor puja, se encarga de velar de esta imagen en su casa durante un año, con la obligación de devolverla de nuevo al año siguiente, tal día como hoy, y de colocarla en el altar que dicho hermano debe instalar en la carrera de la procesión del Corpus.

El sábado anterior, por la noche, la víspera de la fiesta, se celebra con música y pólvora.

(Almoguera Cabrera, 2005)

TRADICIONES DESAPARECIDAS

Bailar a la novia

Era costumbre en las bodas celebradas en Escalona, realizar la ceremonia religiosa, la comida, el baile, la cena y, tras ésta, los invitados bailaban a la novia. Para poder hacerlo, pagaban dinero, teniendo en cuenta su relación con la pareja, o bien realizaban regalos. La joven ejecutaba un baile cualquiera o una jota, que solía ser la jota castellana, con cada uno que le ofrecía regalos, llegando a veces a la extenuación (a veces había que sustituir a la novia por la madrina).

(Pinel Jiménez,1998)

 

Baile de los pastores en la Misa del Gallo

En la misa que se celebraba la Nochebuena, se ubicaban frente al altar mayor hombres vestidos de pastores y zagales y allí permanecían asistiendo al oficio de la misa hasta que ésta finalizaba. Cuando esto ocurría, empezaba la adoración del Niño Jesús, que era ofrecido a los fieles por el cura. En ese momento, se adelantaba el mayoral de los pastores y, frente al sacerdote, recitaba una copla, a continuación recitaba otra mirando a los pastores, quienes, a su vez, respondían cantando todos juntos. Al instante y en parejas, salían bailando con castañuelas hasta llegar a la imagen del Niño Jesús, allí cada pareja cantaba un villancico.

(Pinel Jiménez, 1998)

 

Enramás en la noche de San Juan

En la madrugada de San Juan, los mozos ponían, en las fachadas de las mozas que pretendían, lemas donde hacían gala de ingenio y gracia, alabando la gracia de las mozas. El problema venía al día siguiente cuando los propietarios tenían que raspar el muro de cal para enjalbegar otro día.

(Pinel Jimenez, 1998)

GASTRONOMÍA

La perdiz, la liebre con arroz o el conejo de monte, regados con vino de la tierra, son guisos protagonistas en los fogones de Escalona durante la época de caza. Rico y sabroso es el cocido, al que gustan de añadir mucho cerdo. El resto del año, el cordero, especialmente la paletilla asada, las patatas con costillas o judías con oreja forman parte de la cocina tradicional de esta localidad. En verano, el gazpacho de siega.

Los dulces del convento de la Encarnación, realizados por las monjas concepcionistas, son exquisitos.

Elaboran ricos vinos acogidos a la D. O. Méntrida.

(García Vázquez, sa.)

ARTESANÍA

Entre los artesanos, destacamos un artista que hace cuadros empleando para ello distintas texturas de arenas y materiales variados; el resultado final es una percepción tridimensional a las representaciones, ya sean urbanas (casas, fachadas, etc) o paisajes. Otra artesana local trabaja la madera.

ELEMENTOS TURÍSTICOS

Rutas en las que se inserta

- Castillos, palacios y casonas

Escalona participa en esta ruta gracias al hito del castillo y alcázar de don Álvaro de Luna, declarado Monumento Nacional desde el año 1922. La fortaleza es privada, pero puede visitarse solicitando permiso.

- Las plazas mayores

De gran valor ambiental es el que tiene la plaza del Infante Don Juan Manuel, con el edificio del ayuntamiento, construido con materiales procedentes del palacio. También cuenta con el conjunto de casas porticadas, algunas del siglo XIX; con paneles de azule­jería que nos narran la astucia de Lázaro de Tormes, ficción nove­lesca que podemos situar como hechos acaecidos en esta plaza; el entrañable baile y toque de la Guarrilla, protagonizado por niños y adultos en el mes de enero. Todo ello configura un espacio público, no solamente un escenario inerte, sino un lugar vivo.

- El mudéjar

El mudéjar es un estilo artístico con una arquitectura pervivencia de la interpretación del mundo musulmán. Los alarifes o maestros de obras extendieron esta arquitectura al mundo rural. Básicamente, esta arquitectura trabaja materiales sencillos: ladrillo, cuarcita o canto rodado, colocado en hilera y alternado; todo unido por cal y arena, que utiliza como mortero.

El lenguaje artístico básicamente empleado es el arco de herradura y las formas islámicas. Estas obras son propias de alarifes que trabajan en fecha tardía, pero donde vemos la fuerte tradición medieval.

En el castillo de Don Álvaro de Luna, se conserva dentro de una de las torres, una pequeña, pero preciosa, estancia redonda con bellísima cubierta en forma de cúpula de crucería ojival recubierta de estuco con abundantes adornos. Todos los nervios van a parar a la clave y, reunidos en un apretado haz, descienden en forma de macolla y en su parte posterior se apoyan en seis ángeles tenantes que portan escudos. Los espacios entre los nervios se ven ador­nados profusamente con conchas, cruces, maestrales de Santiago, cintas retorcidas, mocárabes, y otros adornos variados, todo el conjunto aproximadamente del siglo XV.

Otro ejemplo del mudéjar en Escalona, es el claustro del convento del monasterio de la Encarnación, obra temprana del siglo XVI. Su arquería de la planta baja es de arcos mixtilíneos, apoyados sobre columnas de orden toscano y con decoración en el interior de los arcos con motivos florales, la del piso superior tiene arcos carpa­neles y la decoración en el intradós de sus arcos es de cordones. Muestra este claustro, el estilo mudéjar más evolucionado.

- La literatura: El Lazarillo de Tormes

Escalona se inserta en la “Ruta del Lazarillo de Tormes”. Esta ruta literaria que arranca de Ávila, atraviesa nuestros pueblos: Almorox, Escalona, Maqueda, y Torrijos, antes de llegar a Toledo.

En Escalona, villa del duque, ocurre el episodio de la longaniza en el que les dan de propina a Lázaro y al ciego una longaniza para asarla. Le pidió el ciego a Lázaro que fuera a por vino a la taberna para acompañarla y, en el trayecto, encontró un nabo perdido. Él cambió la longaniza por el nabo. Lázaro se zampó la longaniza, el ciego horneó el nabo y se lo comió. Interrogó a Lázaro, le cogió y le abrió la boca hasta que vomitó, de tal forma que apareció la longaniza. En palabras de Lázaro:

“Me apretó y me arañó la cara el pescuezo”

Lázaro decidió vengarse. La venganza llegó una noche de lluvia, en la plaza, le indicó el ciego que le guiara bien, para atravesar un arroyuelo y Lázaro le propuso cruzar por un cabo. Lázaro le acercó a un poste y le dijo que saltara todo lo posible; el ciego dio en el poste y, sonando tan recio, quedó medio muerto. Lázaro le indicó:

“¿Cómo oliste la longaniza y no el poste?”

Allí fueron a socorrerle. Lázaro se escapó, huyendo a Torrijos, en donde estuvo poco tiempo al no encontrarse seguro y, según el texto, quedó en Maqueda.

 

- El vino: Denominación de Origen Méntrida

De muy antiguo se elabora vino en Escalona. Ya el segundo duque de Escalona, Diego López Pacheco, favorecerá el cultivo de viñedos con el fin de abastecer localmente a la población y comerciar con los excedentes.

En el día del Espíritu Santo, la villa se juramentaba para guardar las viñas y las heredades (1481). En 1483, nos cuenta Malalana Ureña, que el concejo ofrece al capellán de la iglesia de San Miguel unos setenta reales para que se extinguiera una plaga que afectaba a todos los viñedos de la villa.

Otra mención se hace en el Lazarillo de Tormes cuando, estando en Escalona, el astuto ciego ordena a Lázaro ir a por vino a la taberna.

Hoy, la cosecha de uvas se lleva a la cooperativa “San Roque” que está en activo desde el año 1964. En sus instalaciones se pueden realizar visitas, catas y comprar ricos caldos, acogidos a la Deno­minación de Origen Méntrida.

Cuenta esta villa con otras bodegas independientes que también permiten hacer visitas al interior.

- El Camino de Santiago

Es la ruta que realizaban nuestros antepasados, aquellos peregrinos que procedentes de Alicante, Valencia, Murcia o Toledo, subían hasta Ávila, uniéndose en Benavente (Zamora) al Camino Francés hasta llegar a Santiago de Compostela.

En nuestra provincia se atraviesan tierras del Toboso, para seguir a Escalona, rumbo a Cadalso de los Vidrios, dirección Ávila.

La Asociación Amigos del Camino de Santiago de Alicante, creada en 1993, ha recuperado e intenta poner en valor este itinerario primitivo, incorporando una señalización. Ésta incluye Escalona en la etapa 17ª: viniendo de Quismondo y tras cruzar el puente sobre el río Alberche, se entra en Escalona, de aquí se partirá dirección Cadalso de los Vidrios saliendo por la carretera de Almorox.

(En Camino, 2004)

Otras posibilidades

Destacamos los sotos de ribera, al estar junto al Alberche. La loca­lidad cuenta, además, con una instalación turística que ha supuesto la recuperación de un espacio degradado como era una antigua gravera; se le ha dado el uso de lago artificial donde se permite realizar pesca, además tiene instalaciones de hostelería.

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