Nombela

Escudo

Plano

ALCALDE

D. Carlos Gutiérrez Prieto

GENTILICIO

Nombelano/a.

SITUACIÓN

Municipio y villa perteneciente a la comarca de Torrijos, ubicad en el noroeste de la provincia, en los límites del valle del Alberche, al oeste de Escalona  y  a 64 kilómetros de Toledo. Tiene una altitud de 498 metros y la extensión  del término municipal es de 120 kilómetros cuadrados. Cuenta con una población de 906 habitantes a fecha del 1 de enero de 2003.

(Diccionario Enciclopédico de la provincia de Toledo)

ENTORNO AMBIENTAL

Importantes extensiones de hábitats esteparios con cultivos extensivos de cereal, de singular importancia para aves como la avutarda, el aguilucho cenizo, la ganga, la ortega. Interesantes zonas adehesadas, de bosque y matorral mediterráneo. Zona de campeo de águila imperial, buitre negro, águila perdicera, etc. Interesantes zonas a conservar para la preservación del hábitat del lince ibérico.

(ACMADEN – Ecologistas en Acción,  2005)

ACTIVIDAD ECONÓMICA

La agricultura es su principal fuente de riqueza, con un claro dominio de cultivos de trigo, cebada, avena y vid; hay también zona de abundantes encinas, olivos, árboles frutales. Seguidas a la agricultura, van la ganadería, fundamentalmente la cría de ganado bovino y caprino,  la construcción  y la industria, sector en el que destaca la elaboración de embutidos.

(Diccionario Enciclopédico de la provincia de Toledo, 2000)

MONUMENTOS Y CONSTRUCCIONES DE INTERÉS

Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción

De filiación estilística gótico-renacentista, su cronología data del siglo XVI.

Construida a principios del siglo XVI y reparada  en varias ocasiones, sobre todo en la mitad segunda del siglo. Está realizada en fábrica de mampostería y sillería, y se divide en tres naves, siendo la central de mayor altura.

De sus dos portadas de acceso, labradas ambas en granito, destaca la portada gótico isabelina y que se compone de un arco  carpanel abocinado, con decoración de hojas en cada una de sus arquivoltas y pequeños capiteles en las otras dos. Sobre esta portada puede admirarse la decoración isabelina de forma estrellada, con dos rosetas.  Posee una torre-campanario de tres cuerpos, muy esbelta. En el último cuerpo se hallan las campanas, que dejan escapara sus metálicos ruidos por ocho arcos de medio punto (dos a cada lado de fachada). En la parte más alta tiene decorada la imposta decorada por bolas.

El interior del templo  tiene cubiertas de madera, un alfarje con limas mohamares con lacería al gusto mudéjar, siendo especialmente interesantes los de la nave central y capilla mayor (siglo XVI). En el cabecero, a modo de zócalo, un panel de azulejería, que tiene una inscripción del siglo XVI, realizada en cerámica de Talavera (1567).  Agregada a la cabecera del templo está la sacristía, construida en 1595, a base de sillería, mampostería y ladrillo. A los pies está el coro, en alto,  que carga sobre tres columnas de piedra.

El retablo del altar mayor es plateresco, de madera policromada, con cuadros  alegóricos a la vida de Cristo y tablas de santos. En el centro hay una talla de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la villa. Custodia  esta iglesia una cruz procesional de plata blanca, relevada y cincelada, en forma florenzada (cruz de lis) que en cuyo anverso tiene  un crucificado y relieves de la Virgen, San Juan, la Magdalena y un águila, además de otras labores, en el reverso un pelícano y los emblemas de los evangelistas. Es un trabajo renacentista plateresco, del siglo XVI, realizado en Toledo. También es de señalar la pila bautismal, de granito estriado.  Adosada al lienzo oeste de la iglesia parroquial y entre la torre-campanario está la ermita de San Antonio, labrada en fábrica de mampostería con aparejo de granito, de la que destacamos la espadaña de un solo ojo realizada en fábrica de ladrillo.

(Martín Montes, 1999)

 

Ermita del  Cristo de la Nava

Reformada en el siglo XX.

Esta ermita se halla enclavada en el lugar en el que el Cristo se le apareció a un pastor, como nos relata la tradición local, en el año de 1554. La ermita alberga una imagen de gran veneración el Cristo de la Nava.

El artista local Vidal Martín Palacios decoró la ermita con frescos, entre los que destacamos los cuatro evangelistas. A pesar de no ser un edificio de calidad arquitectónica, es precisa su consideración  debido a que guarda culto, y representa  por tanto el sentir religioso de las gentes de la localidad, al recogerse tradiciones religiosas populares de gran arraigo.

(Ministerio de Cultura)

 

Rollo de Justicia

Data del siglo XVI aunque ha sido restaurado en el siglo XX.

Asentado en una base de cuatro escalones cuadrados, consta de una gruesa columna toscana rematada por  molduraciones sobre las que nacen las  figuras de animales en ménsula. El conjunto se encuentra rematado, con un  templete de cuatro pilastras, termina en un tejadillo troncocónico  con una bola de remate.

Nombela se eximió del ducado de Escalona en el año 1579 por Real Cédula del 4 de agosto, concedida por  Felipe II (la carta autógrafa del monarca, se encuentra en el salón de actos del Ayuntamiento). Para ello, los vecinos hubieron de pagar 3.474.000 maravedíes en dos plazos. Es en este momento cuando  al convertirse en villa, erige, su rollo o picota de justicia, de línea renacentista (siglo XVI). Tomó por armas orla blanca con ocho cruces de Jerusalén y el interior dividido en dos cuarteles: el de la derecha con dos lobos negros sobre campo blanco y el de la izquierda con las barras de Aragón, en honor del infante Don Vela, como afirma la tradición local.

(Martín Montes, 1999)

Arquitectura tradicional

Siglo XIX

Serie de inmuebles dignos en este estilo, con dos alturas, cubierta a dos aguas con alero, huecos de gran regularidad y planta aproximadamente rectangular. Estas casas están en las siguientes calles: calle Fraguillas, 4; calle Corralón del Cielo; casona y casa de labranza en plaza Mayor.

(Ministerio de Cultura, 1999)

Pozo y pilones

Ubicados en la plaza del General Queipo del Llano.

De fábrica granítica tenemos estos pilones y pozos que nos hablan de la gran tradición ganadera de esta población, asimismo del trabajo de los canteros.

(Ministerio de Cultura, 1999)

Pozo de la Nava

Se encuentra frente a la ermita del Cristo de la Nava.

Se trata de un pozo con un brocal de piedra de granito, de forma rectangular, que tiene unas manos grabadas en el brocal. Estas señales son el origen de la leyenda entre María Palacios y Félix Rico, una historia de crimen pasional (más adelante haremos hincapié en ella).

 

Fuente de hierro y farola en la plaza Mayor

Instalada en el año de 1929, es un hito dentro de la población al ser utilizada por los vecinos.

(Ministerio de Cultura, 1999)

 

Antiguo Calvario

Restos del antiguo calvario para la realización del Vía Crucis, con sus estaciones, hasta concluir en el calvario que se conservaba completo hace unos 30 o 40 años. Discurría en el camino del venero, entre el cementerio o ermita del cristo de la Nava y lo que hoy son unas naves de uso agropecuario, unos 400 metros.  Hoy se conservan las bases y fustes mutilados en dicho camino.

 

Cruz de Santiago

De filiación estilística popular.

En fábrica de piedra, es esta cruz conocida por el nombre de la calle en la que se asienta. Esta cruz no es la original, se repuso hace unos años. Es un hito documental de las tradiciones de Nombela, pues por esta cruz pasan todas las procesiones que se celebran durante el año.

 

FIESTAS

Las fuentes históricas nos informan de que las fiestas eran en julio en honor a San Benito. Los vecinos de Nombela decidieron celebrarlo haciendo fiesta solemne, debido a la gran sequía que había: los campos no daban frutos y la población padecía hambre. Ante esta situación, las gentes del pueblo pidieron al cielo que lloviera. Como no tenían ningún santo, cristo o virgen determinados a los que venerasen especialmente, decidieron echar a suerte el santo al que se encomendarían y salió San Benito. Actualmente no se venera a este santo, son otras las fiestas que se celebran.

 

Santiago Apóstol y Santa Ana

Celebrados el 25 y 26 de julio, son los patronos del pueblo, estas fiestas  duran unos cuatro  o cinco días. Los actos festivos de componen de misa, procesión, toros, verbenas, competiciones deportivas y culturales, diana floreada y caldereta. Son de especial importancia los festejos taurinos. 

 

Santo Cristo de la Nava

Gran veneración tiene entre los vecinos esta imagen de Cristo cargando con la Cruz que se alberga en su ermita local, cercana al cementerio. Varias veces al año la imagen sale de la ermita para ir hasta el pueblo:

-El Domingo de Ramos se traslada el Cristo hasta la iglesia, donde permanecerá durante toda la Semana Santa, se le procesiona el Jueves y Viernes Santo. El Domingo de Resurrección se le lleva de nuevo a la ermita.

-La víspera del Día de la Cruz, esto es el 2 de mayo, es cuando se va a por el Cristo para procesionarle al día siguiente. Este día, el Hermano Mayor de la cofradía regala de forma individual a los otros hermanos (cerca de 500) un pan y queso; al resto de vecinos se les atiende con limonada. En su defecto, este Día de la Cruz, puede celebrarse el fin de semana próximo más cercano al 3 de mayo.

-El 24 de julio, víspera de Santiago, patrono local, se baja la imagen, pues el 25 se hace otra procesión por las calles del pueblo donde el Cristo de la Nava acompaña a Santiago Apóstol.

(Almoguera Cabrera, 2005)

San Isidro Labrador

Cada 15 de mayo la Hermandad de San Isidro regala a los hermanos, pan, chorizo y salchichón. Este santo goza ya de una recién creada ermita donde estará su imagen que antes permanecía en la iglesia.

Se realizan unas pujas muy interesantes donde todos los hermanos ofrecen productos para subastarlos y con el dinero sufragar la fiesta. Los productos que se subastan son: pollos, gallinas, conejos, mantecadas, rosquillas, flores, empanadillas de mermelada de tomate, productos de matanza, etc.

 

San Antonio de Padua, el 13 de junio

Esta celebración puede llevarse al fin de semana más próximo.

Muy celebrada y festejada por la hermandad de su nombre, que es la que organiza la misa y procesión. Durante ésta, se realizan pujas para ver quién entra con la imagen del santo a la iglesia y también pujas por las roscas de San Antonio.

Una vez concluido el acto religioso, el Hermano Mayor invita al resto de los hermanos a un refresco, limonada y productos de cerdo, jamón, lomo, chorizo, almendras.

En broma, cuentan los de este bello lugar, que la Hermandad de San Antonio es la de los borrachos.

(Almoguera Cabrera, 2005)

TRADICIONES

“Poner al niño en las andas”

Con esta original frase, en Nombela llaman al hecho de colocar durante unos segundos a los recién nacidos e infantes de corta edad junto a la imagen del Cristo de la Nava que va en andas; esto sucede en la procesión del Domingo de Ramos por la tarde.

Se trata de una imagen de Cristo con la Cruz a cuestas que fue restaurada por el ceramista Ruiz de Luna.  Este Cristo de la Nava no sólo presenta gran devoción entre los nombelanos, sino también entre devotos de pueblos de alrededor que vienen a pedirle favores y en acción de gracias. Se le atribuye el milagro que aconteció en 1648 cuando la peste estaba asolando el pueblo; se sacó en procesión para pedirle amparo y remedio, y al punto quedaron  cortados los efectos de la misma. A consecuencia de esto y en acción de gracias, se le saca cada año en procesión el Día de la Cruz  y se sube sobre las andas a los recién nacidos del pueblo para ofrecérselo y que proteja su salud.

(Almoguera Cabrera, 2005)

Matanza domiciliaria

Nombela mantiene esta noble tradición de la matanza. Diciembre o enero son los meses  más adecuados porque es cuando hace más frío. En otras épocas se mataba el “torreznero”, era éste un cerdo pequeño, el más chico de la piara, que se llevaba al campo y se comía allí.

La matanza suele tener lugar el fin de semana y en ella van a participar familia, amigos y vecinos. Unos  días antes se preparan los ajos machacados, el secado del orégano en talegas de tela al calor de la lumbre.

El primer día, se almuerza cebollas con bacalao. Por la mañana, se prepara la lumbre y se pican las cebollas para la “casca”, esto es, calabaza y cebollas cocidas que se utilizarán en las morcillas. 

El segundo día, los desayunos de los hombres son consistentes por la dura faena que harán, se componen de migas, café con leche y patatas guisadas; durante todo el día irán pinchando de higos secos, aguardiente, bollos de anís.

El cerdo se mata a primera hora de la mañana de este segundo día. Se le quitan las vísceras y se cuelga de una viga. Las tripas se lavan  para posteriormente hacer el embutido. La comida habitual de este día son las judías blancas con chorizo.

Se despedaza el cerdo separando los jamones, tocino, costillares,  espinazo, mantas para el chorizo, la careta, etc. Se hacen las morcillas de caldera que llevaban ajos, cebolla, manteca, arroz, sangre del cerdo y especias (pimentón, clavos, orégano y sal); esto se suele hacer por la tarde.

El tercer día son elaborados  los chorizos, las morcillas de verano y las longanizas. También se prepara el adobo, esto es, un caldo a base de pimentón, orégano, clavo y aceite en el cual se hacen los lomos, costillares, la careta, etc.

El almuerzo del tercer día es el almuerzo tradicional de siempre: las sopas de salmorejo. Estas sopas se hacen  friendo el hígado, batiéndolo después y machacando almendras, después se condimenta con cominos y pimienta negra, pudiéndose añadir sangre del cerdo que oscurece el caldo. Por la noche, la familia y allegados suelen comer la cabeza del cerdo y algún somarro que han dejado ya preparado (somarro o zamarro es parte del cerdo  magra que se hace en cachitos y se asa en el fuego directamente).

(Almoguera Cabrera, 2005)

Lumbre de los quintos

Esta tradición está en recesión al estar vinculada al sistema de las quintas de reclutamiento militar. Cada 25 de diciembre, los quintos realizan una hoguera de grandes dimensiones, llegando a utilizar hasta 10 remolques de leña de encina y enebro del lugar y en torno a unos 35.000 kg. Todo ello es cortado y quemado por la quinta de ese año, a la que acompañan amigos y familiares; todos pasan la noche cantando y bebiendo.

(Jiménez Palacios, 1997)

Sábado Gallo

El sábado antes de carnaval, se desplazan los grupos de amigos y pandillas al campo a comer la tortilla con tropezones de jamón y lomo, pasando la tarde.

(Jiménez Palacios, 1997)

 

Leyenda del Pozo de la Nava

Este pozo se ubica cercano a la ermita del Cristo de la Nava  y tiene unas manos grabadas en su borde, que son el origen de una leyenda de crimen pasional:

María Palacios, era una joven bellísima, única hija  de una familia de panaderos del lugar de Nombela. Todo lo que tenía de hermosa  lo tenía de orgullosa, altiva y caprichosa y alocada. Desde hacía tiempo tenía relaciones con Félix Rico, hijo de una familia de labradores, el cual era contrario a la muchacha, sencillo, trabajador, honesto y serio. Este joven tuvo que marchar a prestar el servicio militar en los tercios que defendían a Toledo. En ausencia del novio, María empezó a tontear con los mozos de la villa, anduvo con varios y por fin mantuvo  relaciones amorosas con Pablo, amigo íntimo de Félix.

Cierto día, volvió Félix al pueblo a disfrutar de un permiso y, como es natural, fue a saludar y a divertirse con sus amigos. Acudió como era costumbre, a la taberna de la “Tía Eladia”, que estaba en el Cerrillo. Allí, se hallaba, entre los demás, Pablo. Después de tomar  unos vasos de vino y contarse las nuevas, en especial Félix, que venía de la capital, se quedaron solos los dos amigos, lo que aprovechó Pablo para, en prueba de su honestidad y amistad, contarle a Félix la vida que llevaba su amada y las relaciones amorosas que había mantenido con otros mozos y las que mantenía con él mismo.

Félix no le creyó  en un principio, al contrario, rojo de ira por lo que creía calumnia, quiso lanzarse contra Pablo, el cual se apartó y trató de persuadirle de que no pretendía hacerle daño, sino todo lo contrario, abrirle los ojos de la realidad para que no fuese motivo de burla por parte de los demás. Pablo pudo, por fin, calmar la indignación de Félix y quedaron de acuerdo para certificar la veracidad de los hechos. Para demostrar que eso era cierto, aquél quedaría esa noche con María a la puerta de la ermita del Cristo de la Nava y Félix esperaría escondido en una tapia del cementerio aledaño a la ermita, desde donde  podría contemplar la escena y cerciorarse de la verdad que Pablo le contaba.

Llegó  la noche, donde sólo el brillo de las estrellas y de las lamparillas alimentadas con el aceite que las mujeres encendían  ante el Cristo, centelleaban en la oscuridad. Félix se ocultó en el lugar acordado aunque un escalofrío le recorría todo el cuerpo, al contemplar  tras de sí algunas figuras fantasmales de las estatuas con las cruces del cementerio, pero desde allí podía observar el camino que venía del pueblo. Cuando las campanas estaban dando  el toque de la oración, vio venir una figura femenina que, tratando  de pasar inadvertida, pretendía acceder  a la ermita por el camino del Calvario. Reconoció a María, y ciego de ira, salió  a su encuentro, comprendiendo que acudía a la cita que Pablo le había hecho para probar sus acusaciones, tal y como habían concertado ambos.

Tras insultarla gravemente, sin esperar razones que ella pudiera esgrimir, la arrastró hasta el pozo y allí la arrojó. María en su lucha por salvar su vida, se asió fuertemente al brocal tratando de evitar caer en las profundidades. La lucha entre ambos jóvenes fue tremenda, él intentando hundirla en el abismo y ella aferrándose al brocal tratando de evitar su muerte. Félix, enloquecido, viendo que era imposible  arrojar a María al fondo,  cogió una gran piedra y comenzó a machacar las manos de la muchacha para que las soltase. María clamaba con gritos horrorosos, pero Félix seguía golpeando  y golpeando  con fuerza aquellas manos hasta que se cubrieron de sangre. La joven no pudo soportar más el castigo a que se le estaba sometiendo y terminó por soltarse y caer.

La Providencia quiso que quedasen grabadas en la piedra del brocal las marcas que, en su desesperación, habían dejado sus dedos agarrotados, como prueba del crimen cometido contra ella.

 (Jiménez Palacios, 1997)

TRADICIONES DESAPARECIDAS

Sábado Gallo

Se celebraba el sábado anterior al Domingo de Carnaval. Consistía en salir en pandillas al campo donde se enterraba un gallo al que se le dejaba la cabeza fuera. Los participantes, con los ojos vendados y provistos de una vara, descargaban golpes buscando al animal. El que conseguía eliminarlo era el ganador y merecedor del trofeo ofrecido. Terminada la fiesta, se comía la tortilla de patata con tropezones de jamón y lomo. Y allí, al aire libre, se bailaba y jugaba hasta la vuelta a casa.

(Jiménez Palacios, 1997)

 

Enramás de la noche de San Juan

Confeccionados con ramas de manzano, peral y otros frutales, estos adornos se colocaban en las ventanas y puertas de las casas de las novias la noche de San Juan. Si el galán no era correspondido, colocaba cardos y retamas; si insinuaba que a la joven  le gustaba el vino,  ponía ramas de vid; si quería indicar que era persona de poco juicio, entonces las eranramás eran de higuera.

(Jiménez Palacios, 1997)

GASTRONOMÍA

De gran calidad son los productos derivados del cerdo, desde morcillas, lomo adobado, chorizos, etc. Mención aparte tienen los productos vinculados a la matanza como las sopas de salmorejo, donde se echa hígado y sangre, o las tortas de cochambre, en cuya elaboración se emplea la grasa de las morcillas de caldera.

Junto a los excelentes productos de matanza y sus derivados, destacamos la rica dulcería del lugar donde se elaboran rosquillas fritas y magdalenas, sin olvidarnos  del dulcísimo arrope.

 

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